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COMPORTA

PASEANDO POR LOS ARROZALES

Los arrozales son el corazón de la vida en Comporta y de la historia del pueblo. Aquí se cultiva arroz desde 1925. Estos campos dan forma y color al paisaje según las estaciones. Ya sean verdes, amarillos o un espejo de agua, infunden magia y ritmo a esta región.

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UN CULTIVO ATÍPICO

Los apretados brotes crecen al azar y transfieren esta cualidad salvaje y primitiva a Comporta. Aunque el arroz se ha cultivado a mano durante mucho tiempo, este proceso se ha sustituido casi por completo por pequeñas avionetas que esparcen los campos con semillas a baja altura. Una vez sembradas, las semillas caen al suelo y crecen al azar. De este modo, el paisaje que vemos hoy en Comporta se creó hace casi un siglo mediante el cultivo del arroz, una práctica poco común en Portugal. En la actualidad, estos tramos de territorio están preservados o pertenecen a la Reserva Natural del Estuario del Sado, lo que permite proteger estos pintorescos arrozales, así como la fauna y la flora que allí se encuentran.

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LA LLAMADA DE LA NATURALEZA

Para conocer de verdad los arrozales, hay que perderse en ellos, respirar el aroma de los pinares circundantes y dedicar tiempo a observar las aves, los cursos de agua y las viejas chozas de los pescadores. Aquí se respira una suave sensación de armonía, compensada de forma única por el sonido de las cigüeñas, cada vez más numerosas, que chasquean sus picos.

DÓNDE DORMIR CON VISTAS A LOS ARROZALES

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Las casas de vacaciones de Alma da Comporta, todas con vistas despejadas a los arrozales, son auténticas villas para cualquier estación. Con todas las comodidades, cuentan con piscinas infinitas y un espacio exterior súper acogedor para perderse en la vista infinita. Despertarse con el sonido de la naturaleza es el lema de la región. Todo con calma y serenidad para aprovechar al máximo sus días.